En la mañana del domingo 10 de octubre, tuvo lugar el VII Congreso de Hermandades y Cofradías Salesianas en Palma del Río. Sin duda sabíamos que íbamos a un lugar en el que nos sentiríamos como en nuestra casa. El buen tiempo y la ilusión de encontrarnos con amigos de la Familia Salesiana de todos los lugares de nuestra Inspectoría nos mantiene el ánimo alto. Aprovechamos para actualizar noticias de conocidos en otras ciudades, como salesianos, antiguos alumnos, compañeros de otros momentos…
A las diez inicia la acogida con la correspondiente presentación y entrega de documentación. Saludos y comentarios por doquier. La convivencia hace familia. Y a las once en punto, en un salón de actos de la casa se da comienzo a la jornada de formación. Por supuesto la preside el Sr. Inspector D. Francisco Ruíz, acompañado por el Hermano Mayor de la hermandad anfitriona, la de “La Borriquita” de Palma del Río, el Sr. Teniente Alcalde y el ponente del día, D. José Antonio Perdigones. El animador y guía de todo el calendario es el Delegado Inspectorial de Familia Salesiana, D. Pedro Díaz. Tras unas palabras dirigidas a los presentes por parte de cada uno de los indicados el Sr. Inspector declara el comienzo de estas VII Jornadas de Hermandades y Cofradías Salesianas.
El ponente hace la presentación del tema, que no es otro que la homilía que el Papa Francisco dedicó a los presentes en Roma en la Jornada de las Cofradías y de la Piedad Popular el día 5 de mayo de 2013. Presentó con gran habilidad las tres ideas matrices de su discurso: formación espiritual, sentido de Iglesia y misión evangelizadora como misioneros. Se puede consultar fácilmente en Internet porque nuestro Papa está presente en este medio. Asistimos a una sencilla dinámica con la que pudimos profundizar estos pensamientos a la vez que intercambiar posturas entre hermandades con los diferentes matices que aporta cada una y su espiritualidad.
En la Eucaristía posterior se vivieron momentos muy profundos y emotivos, terminando nuestra celebración con la entrega de las credenciales de Hermandades Salesianas, tal como se acordó en el último encuentro y se ratificó en los diversos órganos de gobierno.
Tras una sencilla pero muy cuidada comida de convivencia precedida con otro momento de diálogo compartiendo unas tapas, llega la hora de volver a nuestras casas para aportar cuanto se compartió. Despedida y recuerdos muy afectuosos. Volvimos muy satisfechos del pulso de nuestras hermandades, que muestran una gran madurez y un Espíritu Salesiano reconfortante.